domingo, 3 de abril de 2011

44 Consejos para jóvenes Escritores

  1. Copiar en fichas todos los finales que se nos ocurran para un relato así como sus inicios, probar todas las combinaciones posibles y elegir la más eficaz.
  2. Contemplar la vida, los hechos, los sentimientos, las cosas, las palabras... con actitud de asombro, de extrañeza, y escribir a partir de las nuevas percepciones que así tengamos de todo ello.
  3. Inventar nuevas formas de enfocar nuestros actos cotidianos y escribir sobre ellos.
  4. Mirar los objetos de nuestra casa como si pertenecieran a otro mundo y escribir sobre la nueva forma de percibirlos.
  5. Inventar un mundo en el que las personas hablen con las cosas y las cosas hablen entre sí.
  6. De entre todas las ideas que se agolpan en nuestra mente, apuntar una; la más simple, la más atractiva o la primera que podamos atrapar, sin preocuparnos por perder las restantes en el camino.
  7. Es bueno relajarse unos minutos antes de comenzar a escribir, concentrarse en la respiración, para dejar fluir los pensamientos; coger al vuelo palabras que pasen por la mente y llevarlas a la página. 
  8. Se puede trabajar con listas existentes, tales como las del listín telefónico, la carta de un restaurante o la cartelera de los cines.
  9. Plantearse la mayor cantidad posible de formas de soledad existentes para desarrollar en un texto la que más nos conmueva.
  10. Observar lugares bucólicos y describirlos. Extraer noticias truculentas de periódicos sensacionalistas y ambientar los sucesos en dichos lugares.
  11. Estar alerta cuando nos sentimos angustiados para rescatar aquellas imágenes que dan forma a la angustia.
  12. Escribir sin estar pendientes del calendario, del reloj ni de lo que consigamos; simplemente, hacerlo.
  13. Escribir sobre un tema, elegido a conciencia, que nos produzca la más intensa e íntima liberación.
  14. Imaginar varias situaciones que ocurren en distintos lugares a la misma hora como método para contar algo desde distintos puntos de vista.
  15. Repetir un mismo itinerario mental en distintas ocasiones para comparar resultados y recoger la mayor cantidad posible de material vivencial.
  16. Imaginar un viaje de afuera hacia adentro y otro de adentro hacia fuera de uno mismo y escribir "durante" el viaje.
  17. Planificar un viaje interior por el territorio que sea más propicio para las representaciones imaginarias.
  18. Practicar el aislamiento durante un período programado de tiempo que puede ir desde un día completo hasta una semana, un mes... y anotar lo que experimentamos en ese lapso.
  19. Escribir un texto a partir de la comparación de dos realidades: recuerdos, sueños, experiencias vividas, sonidos, perfumes...
  20. Escribir un texto a partir de semejanzas y diferencias que resulten de compararse uno mismo con otra persona.
  21. Encontrar las palabras que más placer nos produzcan o más significaciones nos provoquen para constituirlas en componentes de una imagen.
  22. Apelar a nuestros sentidos diferenciando aromas, sabores, sonidos, observaciones y sensaciones táctiles de todo tipo para incluir en nuestra lista para constituir imágenes.
  23. Dividir un objeto en el mayor número posible de piezas que lo componen para jugar con ellas en un texto, llamando al objeto por el nombre de algunas de esas piezas o partes.
  24. Inventar situaciones, personajes, conceptos que nos permitan transgredir las funciones del lenguaje.
  25. Reunir todo tipo de géneros y discursos y a partir del contraste entre dos de ellos, para constituir una narración: noticias periodísticas, telegramas, poemas, diálogos escuchados al pasar, etcétera.
  26. Analizar todo tipo de palabras buscando la mayor cantidad de explicaciones posibles que en torno a ellas nos aporta material para un texto o nos permite, directamente, constituir el texto.
  27. Inventar imágenes inexistentes, con mecanismos similares a los productores de frases hechas, y desplegarlas literalmente en un texto.
  28. Tomar una idea conocida y asombrarse frente a ella como si nos resultara desconocida como método para conseguir material literario.
  29. Coleccionar refranes de distintas procedencias para trabajar con ellos en un texto.
  30. Inventar refranes y jugar con su sentido literal.
  31. Prestar atención a los episodios cotidianos, y convertir cada mínimo movimiento ocurrido en un espacio común -un bar, el metro, un edificio, la playa- en un episodio capaz de desencadenar otros muchos.
  32. Elegir momentos a distintas horas del día y describir todo lo que sentimos y lo que sucede a nuestro alrededor, más cerca y más lejos.
  33. Inventariar palabras a partir del alfabeto y crear entre ellas un itinerario, el esqueleto de una historia.
  34. Tomar todo tipo de secretos: un "secreto de familia", un "secreto de confesión", "el secreto de estado", "el secreto profesional", como motores de un texto.
  35. Hurgar en nuestro mundo interior, rescatar de él algún aspecto que no nos atrevemos a expresar y ponerlo en boca de un personaje.
  36. Confeccionar una lista de afirmaciones y otra de negaciones como posible material para un texto en el que se omita algo específico.
  37. Invertir el mecanismo lógico: secreto/confesión, es una manera de enfrentar la ficción. En consecuencia, partir de una confesión para luego inventar el secreto. 
  38. Emborronar folios durante diez minutos exactos cada día. Al cabo de cada mes (y por ninguna razón antes) leer lo apuntado. Dicha lectura constituirá una grata sorpresa para su autor. Dado que escribió asociando libremente, el material acopiado será heterogéneo y muy aprovechable para ser transformado en texto literario.
  39. Contar lo diferente y no lo obvio de cada día.
  40. Trazarse un boceto de escritura "en ruta" y atrapar las ideas susceptibles de ser incorporadas a nuestra futura obra.
  41. Recopilar anécdotas ajenas y apropiarse de algún detalle de cada una o de su totalidad.
  42. Del intercambio de textos con otros escritores pueden surgir propuestas y comentarios reveladores.
  43. Imitar una página del texto de un escritor consagrado y comprobar el ensamblaje de las palabras.
  44. Rescatar la espontaneidad del niño. Jugar y crear con todo lo que se tiene a mano.

sábado, 5 de marzo de 2011

La prosa y el verso

Teoría:
La prosa y el verso.
  • La prosa.
Es la forma más natural de escribir. Se puede contar un hecho de varias maneras diferentes. Cuando se escribe en prosa se ocupa toda la línea.
Era el mes de mayo. Hacía calor y los trigos comenzaban a crecer. El campo
estaba lleno de flores y los pájaros cantaban. Los enamorados paseaban.
  • El verso.
Es una forma especial de expresarse. Es más difícil que la prosa, ya que los textos en verso presentan unas características especiales que crean un ritmo y musicalidad específicos en esta forma de contar cosas.
Que por mayo era por mayo
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor.
Las líneas no ocupan todo el renglón. Algunas palabras acaban en las mismas letras.

Verso, estrofa y poema.
Poema de Miguel Hernández
1
2
3
4
5
6
7
8

9
10
11
12
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
EstrofaEstrofa
Estrofa
  • Verso.
Es cada línea de un poema. El poema anterior tiene 12 versos.
  • Estrofa.
Es un conjunto de versos relacionados por la medida y la rima. En el ejemplo hay tres estrofas de 4 versos cada una.
  • Poema.
Es toda composición poética que esté formada por versos.

Métrica del verso.
  • La medida.
Medir un verso es contar las sílabas que tiene.
Lle-gó-con-tres-he-ri-das
1234567
  • Normas.
· Sinalefa. Consiste en formar una sílaba con la última vocal de una palabra y la primera vocal de la siguiente. Se marca con .
Al-
ol-
mo-
vie-
jo hen-
di-
do-
por-
el-
ra-
yo
1234567891011
y en-
su-
mi-
tad-
po-
dri-
do.
1234567
· La última palabra es aguda. Si la última palabra de un verso es aguda, se cuenta una sílaba más.
Co-
mo-
se a-
do-
ra a-
Dios-
an-
te-
su al-
tar.
12345678910+1=11
· La última palabra es esdrújula. Si la última palabra del verso es esdrújula, se le resta una sílaba.
Con-
ca-
pi-
ta-
nes-
ru-
bios-
co-
mo ar-
cán-
ge-
les.
123456789101112-1=11

La rima.
  • Definición.
Rima es la semejanza de sonidos que se da a partir de la vocal tónica de la última palabra de cada verso.
Las trompas guerreras resuenan;
de voces los aires llenan.
Aquellas antiguas espadas,
aquellos ilustres aceros,
que encarnan las glorias pasadas.
  • Rima consonante.
Si se repiten vocales y consonantes en el mismo orden se dice que la rima es consonante o perfecta.
Érase un hombre a una nariz pegado;
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada bien barbado.
  • Rima asonante.
Si la repetición sólo afecta a las vocales, se llama rima asonante.
En la mitad del barranco
las navajas de Albacete,
bellas de sangre contraria,
relucen como los peces.
Una dura luz de naipe
recorta en el agrio verde,
caballos enfurecidos
y perfiles de jinetes.

Tipos de versos.
  • De arte menor.
Son los que tienen ocho sílabas o menos.
Bisílabos2 sílabas
Trisílabos3 sílabas
Tetrasílabos4 sílabas
Pentasílabos5 sílabas
Hexasílabos6 sílabas
Heptasílabos7 sílabas
Octosílabos8 sílabas
  • De arte mayor.
Son los que tienen nueve sílabas o más.
Eneasílabos9 sílabasDodecasílabos12 sílabas
Decasílabos10 sílabasTridecasílabos13 sílabas
Endecasílabos11 sílabasAlejandrinos14 sílabas

Análisis de la rima.
  • Número y letra.
Para analizar la rima de un poema hay que poner detrás de cada verso un número y una letra.
  • El número.
Indica la medida del verso, es decir, el número de sílabas que tiene.
  • La letra.
Indica la rima. Todos los versos que riman entre sí, llevarán la misma letra. Se utilizan letras mayúsculas para los versos de arte mayor y minúsculas para los de arte menor.
Cuando un verso no rima con otro se dice que es un verso libre y la letra se sustituye por un -.

A la guerra me lleva
mi necesidad:
si tuviera dinero,
no fuera en verdad.
 7-
6a
7-
6a
     Érase un hombre a una nariz pegado;
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada bien barbado.
 11A
11B
11B
11A

"Corregir y dar de Nuevo"

“Corregir y dar de nuevo”

Revista Ñ sábado 16 enero 2010

Ya sabemos: el poder de la lectura se encuentra en su capacidad para abrir el texto, desenvolverlo, hacerlo propio. Es el lector quien interpreta y da sentido. Pero sería necio no admitir que cuando el texto se convierte en libro, cuando ya no puede ser modificado por su autor, algo se clausura. Por eso, la importancia de ese momento en el cual el escritor se coloca frente a lo ya escrito antes de llevarlo a la imprenta. Sin caer en dramatismos, pero teniendo en cuenta que luego, y hasta nuevas ediciones –si las hay será demasiado tarde.El riesgo es corregir demasiado quitándole al cuento, la novela o el poema esas impurezas que muchas veces tienen que ver con lo verdadero: "No pienso la revisión o la corrección como una promesa de adecentamiento o emprolijamiento del texto", dice Sergio Chejfec, "sino como un bastión de arbitrariedad. Creo que toda escritura predica lo incompleto, lo esquivo y lo que pierde forma, también predica todo lo erróneo pero cierto que tenemos alrededor; por lo tanto, la corrección, pensada como parte de la escritura, debe proponer la misma imperfección de todo lo construido o artificial y no buscar ocultarlo". La primera vez que fui a un taller literario tendría unos diecisiete, dieciocho años", cuenta Samanta Schweblin. "El tallerista era un escritor que apenas nos doblaba en edad y corregía los textos con una lapicera roja, al mismo tiempo que los leía en voz alta, para todos. Cuando leyó mi texto se detuvo a mitad de la primera hoja, con un gesto de reprobación. Pensé que, tal como había ocurrido con otros alumnos, me haría algún comentario, bueno o malo. Sentí que estaba preparada para todo. Pero él miró su lapicera, se estiró hasta el escritorio, la cambió por un grueso marcador de pizarra rojo y, con toda la meticulosidad del mundo, dibujó una cruz gigante sobre cada una de las tres páginas de mi cuento. 'Vas a tener que empezar de nuevo', me dijo". Parece imposible que ni siquiera se salvara una frase, una palabra, una línea... quizás habría que haber tamizado la lectura del vehemente coordinador con la de alguno de los asistentes del taller, como para salir de dudas. Parafraseando al pragmático Stephen King –él mismo tiene un sistema de corrección según el cual debe disminuirse progresivamente el número de palabras de versión en versión– siempre se trata de valoraciones subjetivas. Cuando coinciden cuatro o más lectores, según King, habría que correr a corregirlo todo.Con el paso del tiempo, esos grupos de taller pueden transformarse en grupos de pares, con los que se debaten textos en proceso. Gruss así recuerda esta etapa: "El taller de Mario Jorge De Lellis fue mi cimiento. Eramos crueles. En general, se contestaba con el texto de algún grande, se leía mucho. En particular, lo menos que nos decíamos era 'lindo'. A mí me han hecho pasar pruebas durísimas, como el no incluirme en una antología porque 'todavía no estaba para eso'; y tenían razón. Lo acaté y agradecí. En las reuniones de El escarabajo de oro, aprendí por qué un texto es bueno o no. Se fundamentaba todo. El que no leía era eyectado del grupo". Más tarde quizás, se recurra a algún escritor admirado para una "clínica de obra". Muchas veces será la autoridad del nombre detrás del escritor lo que funcione. El lugar que ocupe este lector autorizado dentro del campo literario puede ser algo que no tenga importancia para los más experimentados, pero para el que recién comienza, no es poca cosa. Cualquiera que visite el blog de Gustavo Nielsen, por ejemplo, puede leer la larga transcripción de una charla con Fogwill, allá por el 93, en la que el autorCorrige –frase a frase– un cuento del, entonces, inédito Nielsen. Más allá de la anécdota, hacer pública esta intervención implica que algo se juega en ese intercambio.Otra cuestión, es la del género literario. "En un cuento", dice Schweblin, "una palabra de más, una coma mal elegida, es como un adoquín en medio de la ruta, uno avanza a cien kilómetros por hora, y no es que al esquivarlo no haya chance de sobrevivir, pero sería mucho mejor que no hubiera estado ahí". Claro, una cosa será corregir un cuento en su concepción más clásica, ese engranaje casi de relojería, otra una novela y otras, atender a las demandas de la poesía: "la narrativa pide más culo en silla"Quizá tenga que ver con el lugar en el que cada uno ponga el acento: la frase, la palabra, la cadencia pero también la trama, el argumento, los personajes, el género que se aborde. Lo interesante será que la manera de corregir lleve consigo una reflexión sobre el lenguaje y la propia práctica.Es más fácil corregir un texto que cualquiera de las cagadas que uno fue cometiendo en la vida, especialmente la de publicar y creérsela."

sábado, 29 de enero de 2011

La vuelta que me debía la vida

-Siempre me lleva no menos de dos o tres minutos corregir los trabajos de mis alumnos; doy clases en una escuela primaria para adultos, pero al revisar la tarea del día anterior y en particular la de Alberto Gómez, me tomo mucho más que unos pocos minutos. La tarea consistía en narrar con sus propias palabras su experiencia desde que decidieron asistir a la escuela y él puso lo siguiente:

“No sé cómo explicar lo que me pasa pero cuando le dije a Matilde que me había anotado en la escuela, me miró como un bicho raro. Después entendió que sería bueno y que le podría dar una mano con los chicos en las tareas escolares. Yo nunca pensé en algo así, sólo quería por lo menos escribir mi nombre. En lo único que soy bueno es con los números. En el mercado no hay quién saque una cuenta más rápido que yo. Pero sé, que con eso solo no alcanza. Aunque llego tarde de trabajar y muy cansado, igual voy todos los días a la escuela, desde que empezaron las clases. Llueva o truene, aquí estoy parado como una estatua.
Hace muchos años, cuando yo era chico, fui a la escuela pero no fue por poco mucho tiempo, porque nos mudamos a un campo que quedaba muy lejos del pueblo, y no se podía ir a estudiar. Había que trabajar, y eso era más importante que cualquier libro.
De ese corto paso por la escuela, me quedó algo clavado en mi pecho como un puñal, que todavía no puedo sacar. Un día, la señorita, nos dio una nota para llevar a casa y hacerla firmar por los padres, para ir a dar una vuelta en calesita. Yo llevé la nota pero nadie me la pudo firmar; porque ni mi mamá, ni mi papá sabían escribir. Por eso al otro día, a la hora en que todos los chicos se fueron a pasear, yo me quedé mirando por la ventana.
Pero el mundo tiene muchas vueltas como la calesita y unas cosas van y otras vienen… Anoche cuando llegué de trabajar, el menor de mis hijos me dijo:
-Papá acá tengo una nota para que la firmes, es para salir de la escuela para ir a la plaza y dar una vuelta en la calesita de Don Tomás.
Yo lo mire con lágrimas y se me hizo un nudo en la garganta; por fin iba a poder darle a mi hijo lo que la ignorancia me había quitado. La vuelta más importante de mi vida iba a comenzar de la mano de él y eso no era poca cosa para mí. La vuelta de mi niñez estaba frente a mis ojos y ahora el saber leer y escribir me daba la oportunidad de saldar cuentas con el pasado.
-Papá también tenemos que llevar cinco pesos, para pagar la vuelta en la calesita y tomar un helado.
Saque del bolsillo de mi pantalón los diez pesos que me quedaban y se los di - y le dije:
-Bueno hijo, toma estos diez pesos para que pagues por tus gastos y los otro cinco dáselo a la señorita para que le pague a alguno de tus compañeros que no tenga plata para hacerlo. Y… haber… ¿dónde está esa nota que te la firmo? Tomé el cuaderno en mis manos como si fuera el documento más importante del mundo, ni el Presidente mismo al firmar sus decretos ha puesto tanto empeño como yo al poner mi firma:
 ALBERTO GOMEZ, con letras grandes para que se note,”SÍ, AUTORIZO  A MI HIJO A DAR LA VUELTA EN CALESITA”.

Cerré el cuaderno y levanté la vista, él sabía que era su trabajo, el que tenía en mis manos. Yo lloraba y él también.
 Era un hombre corpulento con cara de niño, lo miré, él me miró y los dos sentimos que las palabras estaban de más.
No había nota para esa tarea, porque cada una había sido escrita con las tripas, que es, creo yo, la mejor manera de plasmar en un papel las cosas del alma y del corazón. 

Laura Quinteros
01/11/2009

Géneros Literarios

Infantil y Juvenil


Se entiende por literatura infantil la literatura dirigida hacia el lector infantil, más el conjunto de textos literarios que la sociedad ha considerado aptos para los más pequeños, pero que en origen se escribieron pensando en lectores adultos (por ejemplo Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro o Platero y yo).
Por otro lado, a veces se considera que el concepto incluye la literatura juvenil, escrita para o por los adolescentes; pero lo más correcto es denominar al conjunto literatura infantil y juvenil o abreviado LIJ.


Mitos y leyendas

Leyenda es una narración oral o escrita, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o fundada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. Se transmite habitualmente de generación en generación, casi siempre de forma oral, y con frecuencia experimenta supresiones, añadidos o modificaciones.


Aventura

Es un género literario que enfatiza en su argumento los viajes, el misterio y el riesgo. El autor de una recopilación de 250 títulos, Salvador Vázquez De Parga, ayudará mucho al estudioso del popular género. Estos múltiples escenarios o subgéneros son sinónimos de las preferencias del lector, que, como señala Amando López Valero, el joven tiende a identificarse con el héroe, que así amplia la categoría conceptual de descubrir el misterio o la recreación del futuro y el riesgo calculado. El liderazgo del personaje principal y asimismo el suspenso por el control de la aventura. Otra característica recurrente es la acción presente hasta dominar los escenarios, básica para el desarrollo de la trama. En el cine de aventuras hay unas características que se encuentran en él y definen el género: la mentada acción, el liderazgo del héroe o la heroína, el sabor autobiográfico del lector, que se identifica con los hechos relatados y con los actores y la sencillez del género, con los recursos de la fotografía y del guión. Los hechos pueden ser o no ser basados en la vida real y muchas veces sí lo son.

Viaje

La literatura de viajes consiste en libros de viaje que son considerados como literatura por diversos motivos.
La literatura de viajes no constituye una categoría o un género literario universalmente reconocido. Se trata de textos que recogen los acontecimientos, los sentimientos y las voces de un viaje realizado por el narrador, que puede o no coincidir con el autor empírico. Según la perspectiva crítica puede sostenerse que la mera enumeración de hechos no constituye en sí literatura, pero esta no es una postura universal. Obras que hablan de aventura, conquista o exploraciones son recogidas también normalmente bajo la categoría de literatura de viajes, como por ejemplo Fray Bartolomé de las Casas o Bernal Diaz del Castillo cuyas obras, pertenecientes al género crónica son consideradas las primeras manifestaciones literarias americanas de la conquista.

Western

La novela del oeste o western es un género literario y cinematográfico de la literatura popular o de consumo que se ambienta generalmente en el siglo XIX y en los Estados Unidos de América, durante el periodo de expansión de esta nación hacia el far west (lejano oeste). Sus personajes característicos son el sheriff, los vaqueros, el bandido o forajido pistolero, el tahúr, el hacendado ganadero de ovejas o reses, los indios, los mexicanos, los militares sudistas o nordistas, los buscadores de oro, los rancheros, los predicadores, las chicas alegres del Saloon y todos los tópicos fraguados por los creadores del género, James Fenimore Cooper, autor de El último de los mohicanos (1826) y Washington Irving en sus Western Journals (1832), los escritores costumbristas del Realismo estadounidense Francis Bret Harte y Mark Twain, el alemán Karl May y el verdadero iniciador del género, Owen Wister con su novela El Virginiano (1902). Por lo general, la novela del oeste intenta ejemplificar la ideología del Destino manifiesto y no va más allá, ya que su intención fundamental es entretener como suele ocurrir en la novela de aventuras de la que es uno de los más importantes subgéneros.


Romántico

La Novela Romántica es un género literario narrativo occidental, conocido como romance novel en inglés, y roman sentimental o roman à l'eau de rose en francés. Guillermo Cabrera Infante consideraba ambiguo el término novela rosa y proponía a cambio romance para definir este género en castellano.
Básicamente narra una historia de amor con final feliz. Esto es, las novelas han de atenerse a estas dos normas:
1.ª La historia debe centrarse en la relación y el amor romántico que surge entre dos seres humanos
2.ª El final de la historia debe ser positivo, dejando al lector que crea que el amor entre los protagonistas y su relación perdurará por el resto de sus vidas.



Erótico

La literatura erótica es un género literario en el cual los textos se relacionan, directa o indirectamente, con el erotismo y el sexo desde una perspectiva sensual que alcanza en ocasiones terrenos escabrosos. Habitualmente utiliza un lenguaje menos directo que la pornografía, por lo que en los asuntos directamente sexuales recurre a términos metafóricos y eufemísticos, y a construcciones más elaboradas que enfatizan la carga erótica gracias al juego de la intermitencia (juego entre lo que se oculta y lo que asoma). 



Realismo

Las obras realistas pretenden narrar documentalmente la sociedad de la época y los ambientes más cercanos al escritor. La temática girar en torno a la vida burguesa (sus comportamientos, sus inquietudes, sus desazones, sus matrimonios, el dinero,...). Pero también se hace el retrato de los sectores más pobres de la sociedad urbana y del mundo rural. Sus personajes suelen ser individuos (inadaptados) que se enfrentan a la sociedad y son derrotados por el mundo que los rodea. Normalmente son numerosos y representan a diferentes clases sociales. 
El rasgo que define a esta novela es la búsqueda de la verosimilitud, para ello se vale de diferentes recursos, como pueden ser las descripciones muy pormenorizadas y los personajes que evolucionan a lo largo de la obra. Se unen los hechos históricos con la ficción; los personajes reales con los inventados. Habitualmente la acción transcurre en lugares conocidos, se alude a fechas coincidentes con el momento en que se escribe la obra y se hace que los personajes hablen conforme a su condición social. 
Otro rasgo formal es la utilización de un narrador, que aun adoptando diferentes formas, suele aparecer como ultraomnisciente (con el papel de cronista). Sobresalen el diálogo (caracterización de personajes) y el monólogo interior (subjetividad). 



Fantástico

La literatura fantástica se caracteriza porque utiliza la magia y otras formas sobrenaturales como un elemento primario del argumento, la temática o el ambiente.
El género fantástico se asocia y se pone en contraste con la ciencia ficción y con el terror. Los tres géneros ofrecen elementos comunes tales como componentes alejados radicalmente de la realidad o especulaciones sobre cómo podría ser dicha realidad, o cómo pudiera haber sido. La "fantasía" parece reservarse temas tales como la magia, valientes caballeros, damas en peligro, bestias míticas y búsquedas, en un ambiente medieval mientras que el terror generalmente se lleva a cabo en el presente con la intención de aterrorizar al lector y la ciencia ficción en el futuro, éste último en un ambiente altamente tecnológico. 



Realismo mágico

El realismo mágico es un género artístico y literario de mediados del siglo XX. El término fue inicialmente usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada, pero fue usado más tarde por ciertos escritores latinoamericanos.
El realismo mágico se define como la preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es la de suscitar emociones sino más bien expresarlas y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. Una de las obras más representativas de este estilo es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.


Ciencia ficción

En general se considera ciencia ficción a los cuentos o historias que versan sobre el impacto que producen los avances científicos, tecnológicos, sociales o culturales, presentes o futuros, sobre la sociedad o los individuos.
“La ciencia ficción es un género de narraciones imaginarias que no pueden darse en el mundo que conocemos, debido a una transformación del escenario narrativo, basado en una alteración de coordenadas científicas, espaciales, temporales, sociales o descriptivas, pero de tal modo que lo relatado es aceptable como especulación racional.” (Eduardo Gallego y Guillem Sánchez, ¿Qué es la ciencia-ficción?)


Suspenso


El suspenso es un género literario derivado del Romanticismo. Principal antecesor de la novela policíaca el suspenso tiene como principal objeto mantener al lector a la expectativa, generalmente en un estado de tensión, de lo que pueda ocurrirle a los personajes, y por lo tanto atento al desarrollo del conflicto o nudo de la narración.
Los géneros en los que más se ha utilizado este recurso han sido, tradicionalmente, el policiaco y el de terror. El autor estimula continuamente la participación del lector, proporcionándole «pistas» del desenlace de la historia. Sin embargo éste suele resolverse de manera totalmente racional, sin que quede ningún cabo suelto.
Se debe explicar lógicamente todo, para que con esto el relato posea la verosimilitud que requiere su género, para que el efecto de tensión generado no defraude al lector.


Policial 

La novela policial, también novela policíaca o novela detectivesca es una clase de textos o subgénero dentro de la novela, que es a su vez un subgénero de la épica o narrativa. Su principal móvil lo constituye la resolución de un enigma, que es generalmente de tipo criminal. Por tanto, se trata de una estructura novelística cerrada. Durante el transcurso de la historia se descubre al culpable y su forma de realizar el crimen. El protagonista, un policía o detective, resuelve el caso usando la razón (siglos XVIII - XIX), basándose en la indagación y observación, o usando la intuición, los sentimientos y la deducción (siglos XX - XXI).



Novela negra

La novela negra es, como la definió Raymond Chandler en su libro El simple arte de matar, la novela del mundo profesional del crimen.
Este tipo de relato presenta una atmósfera asfixiante, miedo, violencia, falta de justicia, corrupción del poder e inseguridad. Nace en las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos, como una variante de las historias policíacas, y difundida en revistas. La novela negra agrega la violencia a las características del género policíaco. Los crímenes se basan en las debilidades humanas como la rabia, ansias de poder, envidia, odio, avaricia, pasiones, etc. Por esta razón aparece un lenguaje más crudo, donde se le da más importancia a la acción más que al análisis del crimen. En este tipo de relato importa más la descripción de la sociedad donde nacen los criminales y la reflexión sobre el deterioro ético.


Gótico

La novela gótica es un género literario relacionado estrechamente con el de terror y subsumido en éste, al punto de que es difícil diferenciar uno del otro
Las características de este género pasan por una ambientación romántica: paisajes sombríos, bosques tenebrosos, ruinas medievales y castillos con sus respectivos sótanos, criptas y pasadizos bien poblados de fantasmas, ruidos nocturnos, cadenas, esqueletos, demonios... Personajes fascinantes, extraños y extranjeros, peligro y muchachas en apuros; los elementos sobrenaturales pueden aparecer o solamente ser sugeridos. La ubicación elegida, en tiempo y espacio, respondía a la demanda de temas exóticos característica del medievalismo, el exotismo y el orientalismo propios de la época.


Terror

La novela de terror incluye elementos propios de la narrativa de ciencia ficción o la novela fantástica, de las que toma figuras sobrenaturales, como las propias del mundo de lo paranormal o la mitología (el vampiro, el hombre lobo, el monstruo y el ser mitológico maligno, el fantasma, el demonio, el zombie, la bruja...). En las obras más modernas se amplían los registros: los extraterrestres, la amenaza nuclear, la manipulación genética, e incluso los riesgos de la contaminación ambiental. 
En general, el público se siente atraído hacia este tipo de literatura por los característicos estímulos emocionales, insólitos, intensos y raros que insufla a la rutina diaria. En el plano fisiológico este tipo de obras proporciona un aceleramiento cardíaco y respiratorio que por lo general termina en un desahogo final.
Históricamente, el resorte del miedo en la novela de terror se dispara a partir de la irrupción de un elemento maligno sobrenatural en la rutina diaria de uno o varios personajes ordinarios, si bien en la actualidad las últimas tendencias del género han ido imponiendo poco a poco esquemas eclécticos mucho menos conservadores.


Humorístico

El humor, o más concretamente la actitud humorística aparece en la literatura como un producto posterior a las creaciones clásicas y los géneros literarios principales, como una reacción creativa y distanciadora frente a aquello que aparece como oficial y ortodoxo.


Parodias

Una parodia es una obra satírica que imita a otra obra de arte con el fin de ridiculizarla.
La parodia existe en todos los medios, incluyendo literatura, música y cine. Los movimientos culturales pueden ser asimismo parodiados. Una parodia es la imitación de alguien o algún personaje cambiando lo que ha dicho o hecho.


Picaresco

La novela picaresca nació como parodia de las demasiado idealizadoras narraciones del Renacimiento: epopeyas, libros de caballerías, novela sentimental, novela pastoril... El fuerte contraste con la realidad social generó como respuesta irónica antinovelas de carácter antiheróico protagonizadas por anticaballeros que amaban a antidamas en países que, como España, mostraban lo bruto y lo sórdido de la realidad social de los hidalgos empobrecidos, los miserables desheredados y los conversos marginados frente a los caballeros y los indianos enriquecidos que vivían en otra realidad que era observada solamente por encima de sus cuellos engolados.
Algunas características de este género son las siguientes: El protagonista es un pícaro, tiene estructura de falsa autobiografía, ideología moralizante y pesimista, intención satírica y realismo.


Drama

El género dramático comprende aquellas obras literarias destinadas a ser representadas ante un público.
Las obras dramáticas pueden estar escritas en verso o en prosa. El recurso fundamental del género dramático es el diálogo que entablan los personajes en distintas circunstancias del desarrollo de la acción. Las principales formas de la dramática son: La tragedia, la comedia y el drama.
La tragedia: que es una forma dramática que tuvo su origen en la antigüedad. Habitualmente el conflicto trágico es producto de la ruptura del orden del mundo, evento que enfrenta a los personajes con un destino inexorable. El gran modelo de la tragedia como forma dramática lo encontramos en las obras de los clásicos griegos.
La comedia: es una forma en la que la acción dramática discurre de manera opuesta a la tragedia. Si en la tragedia los personajes cambian de un estado favorable a uno desfavorable, en la comedia se da un ascenso en el estado de los personajes.
El drama: A diferencia de las formas anteriores, el drama no tiene un carácter definido, sino que en él se combinan indistintamente aspectos trágicos y cómicos. Esto se debe a que el drama pretende representar la vida tal cual es, razón por la cual, tiende a tratar los asuntos de forma menos rígida que la tragedia y la comedia.


Histórico

La novela histórica es un subgénero narrativo que toma por propósito principal ofrecer una visión verosímil de una época histórica preferiblemente lejana, de forma que aparezca una cosmovisión realista e incluso costumbrista de su sistema de valores y creencias. En este tipo de novelas han de utilizarse hechos verídicos aunque los personajes principales sean inventados.
La novela histórica exige del autor una gran preparación documental y erudita, ya que de lo contrario ésta pasaría a ser otra cosa: una novela de aventuras, subgénero en la que la historia se convierte solamente en un pretexto para la acción.
Las historias que narran episodios bélicos puede englobarse dentro del grupo de novela histórica.


Biográfico

La biografía trata de escribir la historia de una persona narrada en pocas palabras desde su nacimiento hasta su muerte, consignando sus hechos logrados y sus fracasos, así como todo cuanto de significativo pueda interesar de la misma.
Para ello suele adoptar la forma de un relato expositivo, frecuentemente narrativo y en tercera persona, de la vida de un personaje real desde que nace hasta que muere o hasta la actualidad. En su forma más completa, sobre todo si se trata de un personaje del pasado, explica también sus actos con arreglo al contexto social, cultural y político de la época intentando reconstruir documentalmente su pensamiento y figura.


Ensayos

El ensayo consiste en la defensa de un punto de vista personal y subjetivo sobre un tema (humanístico, filosófico, político, social, cultural, deportivo, etcétera) sin aparato documental, de manera libre y sistemática y con voluntad de estilo.
El ensayo, a diferencia del texto informativo, no posee una estructura definida ni sistematizada o compartimentada en apartados o lecciones, ya que no pretende informar, sino persuadir o convencer.